23/09/2012
No pretendo descubrir como se hace una caldereta, porque sería como decir que he descubierto la pólvora.
Este guiso y con las especias que utilizo es muy suave a la digestión, lo digo porque no lleva ni ajo ni pimiento, dos especias de lo más dañinas para mi estómago; sobre todo el ajo.
Los entendidos/as dirán que esto no es una caldereta, ¡que le vamos hacer! Lo que digo yo es que es la mejor forma de no tener que recurrir al omeprazol después de comerla.
En la foto falta una ración que disfruté con un poco de vino tinto.
Ingredientes, para esa cantidad:
1 kilo de cabrito.
½ cebolla.
Un chorro generoso de aceite de oliva (como se ve en el vídeo).
Una cucharada de café de pimentón (de Zarza de Granadilla).
Una cucharada de café de sal (le eché una y media y salió sabroso).
½ litro de agua.
300 centilitros de vino blanco (cualquier tipo de vino).
Preparación.
En el vídeo está todo muy bien explicado. Refreír la cebolla, retirarla y freír el cabrito, añadir los condimentos, hervir y después a fuego lento dos horas.
Casi es mejor que os quede un poco sabroso, ¿por qué? Es una forma de echar un poco de agua, retirar el exceso y con ese caldo hacer unos fideos.
Estamos hablando de una ración para tres personas. Os recuerdo que el cabrito es de las carnes que más pierden, por no decir que es de las que más hueso tiene, por lo que para “jhartarse” hay que comer bastante.
Buen provecho.